Mi jornada por sobrevivir

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Día 6 Exterminio Parte 3

El teléfono celular comenzó a sonar, mi mano fue directo a mi bolsillo, lo cogí y lo lleve a mi oído para responder, del otro lado de la línea podía escuchar el sonido similar al de tierra siendo paleada, dije – ¿Hola, hay alguien allí? – cuando me respondió – Natsu, no sabía a quién más llamar, ¡Auxilio el campamento de sobrevivientes es una masacre!, mis hermanos se han vuelto locos, me están enterrando viva, no se- la comunicación se cortó abruptamente, revise la pantalla del celular y reconocí el número, se trataba de Eliza, una amiga que conocía desde la universidad y de la cual durante muchos años había sentido algo especial. Consternado por la llamada mire hacia los lados como si tratará de localizar de dónde provenía la llamada, cuando fui embestido y derribado por un Corredor con una pala.

El engendro se abalanzó contra mí, sosteniendo la pala con sus dos manos, irónicamente este artefacto funcionó como una perfecta barrera entre él y yo, use su propia arma para forcejear y mantenerle con uno de mis brazos a una distancia alejada de mi cuerpo, saliva y un poco de sangre caían de su boca, como si fuera un perro rabioso, la escopeta había quedado a un par de metros, por lo que llevé mi mano al mango de la pala, y trate de empujarlo con mi fuerza, logrando que callera hacia un lado, gire tan rápido como pude hacia la escopeta y apunte hacia el agresor, pero este se había ido a perseguir a algún otro desafortunado.

Me incorporé y comencé a  buscar a mis compañeros de equipo, camine hacia el final del campamento, conforme avanzaba encontré diverso número de corredores heridos diversas partes del cuerpo, pero la cabeza se encontraba intacta, ante esta situación les disparé con la escopeta en la cabeza, eliminando la posibilidad de que se volvieran a incorporar.

Al llegar al final del campamento encontré a Oz y a Wolf, quienes estaban espalda con espalda, disparando a los corredores y caminantes, me acerqué a ellos para tratar de auxiliarles, cuando alcance a ver como Oz cambiaba la modalidad del rifle de asalto a modo automático y disparó ignorando mi advertencia contra los agresores, trate de gritarle –¡Oz, Detente te terminarás con toda tu munición!-, Wolf por su parte parecía hacer lo propio, el resultado fue una fulminante ráfaga de disparos. Ante esta situación me escondí detrás de uno de los árboles para evitar ser herido nuevamente, a mi lado vi un gran enjambre de cientos de corredores que se dirigían hacia ellos.

Revisé cuantos cartuchos cargaba en mis bolsillos, traía una pequeña cantidad, insuficiente para ayudarles, ante ello no pude hacer nada, más que huir del lugar, conforme me alejaba escuche muchos disparos y un grito de dolor, corrí hacia la camioneta para buscar explosivos, tomé un par de granadas y me dispuse a salir. Salí nuevamente de la camioneta, cuando vi que Wolf subía a Oz herido en la parte trasera de la camioneta, sobre detrás de ellos se abalanzaba una gran horda de corredores, ante esto quité la espoleta de una de las granadas y la lance, con tal suerte que cuando esta aterrizó entre el grupo de perseguidores, exploto, generando luz, un ruido estrepitoso, giré el rostro para mirar nuevamente unos segundos después, los perseguidores estaban en mutilados volar en pedazos, parecía que estábamos a salvo, ¿pero por cuánto tiempo?

Wolf con celeridad amarró a Oz con una soga polvorienta que estaba allí, me acerqué a Wolf y le pregunté -¿Qué ocurrió?- a lo que respondió –Mientras estábamos tratando de eliminar a los invasores, Oz, agotó toda su carga, y me pidió uno de los cargadores, mientras yo lo buscaba, el trató de cubrirme peleando con su cuchillo, sin embargo, eran muchos más de los que podíamos controlar entre los dos, y… uno de ellos le ha mordido, trate de rescatarlo antes de que le dañaran… Pero fue inútil, le arrancaron una buena parte del brazo- Wolf seguía relatándome su historia mientras trataba de detener el sangrado aplicando un torniquete sobre la zona herida, me acerque a la camioneta y vi como mi amigo estaba mal herido por una serie de mordiscos, -Pero, ¡Esta infectado, no podemos llevarlo con nosotros así, sería un peligro para el grupo!- Wolf me volteo a ver y dijo –Pero tampoco podemos dejarlo a su suerte, ¡es nuestro amigo!-, la conversación fue interrumpida por un movimiento producido de entre las plantas, giramos ambos y preparamos las armas para disparar, de entre ellas salieron Antonio y Annette que también se encontraban asediados por una horda de corredores, prepare la segunda granada que había tomado y la lance contra ellos, a la par que les grité –¡Cúbranseeeee!-, la granada recorrió una trayectoria de algunos metros, Annette y Antonio saltaron hacia las camionetas, permitiendo que está siguiera su curso, impactó contra uno de los perseguidores, luego rodo por el suelo y exploto, destrozando los cuerpos de estos.

La segunda explosión trajo la atención de los corredores y caminantes que estaban alrededor del campamento, por ello decidimos emprender la retirada, abordamos las dos camionetas y salimos del campamento arrollando a algunos corredores y caminantes en el proceso, abandonando el campamento.

Retrocedimos algunos kilómetros hasta donde habíamos sido interceptados por el primer grupo, la primera ocasión, afortunadamente quedaban muy pocos caminantes en el área, Wolf y Antonio arrollaron a estos y  una vez que nos cercioramos que estos no se volverían a incorporarse, nos estacionamos y volvimos a reunirnos, Annette dijo –¡Que ocurrió!, ¿por qué Oz está herido?, dijimos que permaneceríamos en grupo- interrumpí el discurso de Annette para remarcarle –Todos salieron corriendo como pollos sin cabeza, no es de extrañar que uno de nosotros resultará abatido- gire mi cuerpo y me acerqué a la camioneta donde estaba Oz recostado, -sin embargo, tenemos una oportunidad muy importante, la de observar el proceso de esas cosas- Antonio se exalto, me tomo por la camisa y me impacto contra la camioneta –¿Estás loco?, se trata de uno de nosotros, no podemos dejarlo morir-, Annette miro a Antonio y le puso una mano en el hombro –Desgraciadamente Oz no lo logrará, lo mejor que podemos hacer es aprovechar su sacrificio para entender mejor a lo que nos enfrentamos- revise el reloj, habían pasado 20 minutos desde que había sido infectado y dentro de poco oscurecería, subimos a las camionetas para descender hacia el poblado más cercano.

Permanecí observando la otra camioneta, conforme nos dirigíamos carretera abajo, tome la Tablet y registré lo que observaba, los cambios que ocurrían en Oz, mientras Annette trataba de aminorar los síntomas y desinfectar las heridas, para evitar bacterias y microorganismos oportunistas. Cuando arribamos al pueblo eran aproximadamente las 18:15 horas, llegamos a una casa abandonada, ingresamos a la casa cargando a Oz, su cuerpo estaba hirviendo, como un síntoma del combate contra el virus, lo colocamos en el suelo, mientras Wolf y Antonio custodiaban la agonía de nuestro compañero, Annette proseguía con el auxilio.

En la Tablet registre lo siguiente:

Infección/Maldición:

Hora 1: la victima de la enfermedad cae presa del virus, se registran temperaturas corporales superiores a los 40 grados centígrados, escalofríos, nausea.

Hora 2: la temperatura ha alcanzado casi los 45 grados centígrados, se registran delirios, se optó por emplear antibióticos, sin embargo estos no han tenido ninguna reacción benéfica, se descarta la posibilidad de que se trate de una bacteria, sensibilidad corporal disminuida.

Hora 3: Delirios se han vuelto más presentes, decoloración de la zona afectada, la herida se coagula.

Hora 4: Convulsiones, demencia agravada, agresividad, dolor intenso en las articulaciones, agresividad extrema.

Hora 5: Entumecimiento de extremidades y del área infectada, perdida de la coordinación muscular, dificultad para tragar líquidos.

Hora 6: parálisis de la zona inferior del cuerpo, disminución de la frecuencia Cardiaca, dificultad respiratoria.

Hora 7: coma y decremento de las funciones vitales, paro cardiorrespiratorio.

Siendo las 01:00 horas del día 02 de noviembre de 2012, se registra el deceso de Oz, causada por el virus/Maldición Mictlán tras una lenta y dolorosa agonía, su transmisión se deriva del contacto de algún fluido corporal de un infectado a un organismo saludable, es probable que los tiempos de muerte varíe dependiendo de la susceptibilidad del organismo “huésped” respecto a la enfermedad…

Mire como mis amigos estaban decaídos a causa de la perdida, guarde la Tablet y me acerque a donde se encontraba mi amigo, y lo moví para cerciorarme de su muerte, los signos vitales ya no estaban presentes, lleve mi mano a su cuello para revisar el pulso. Lleve mi mano hacia sus ojos y los cerré, comencé a pensar que esta dolorosa muerte para el universo era algo más insignificante que si hubiera sido aplastada una pequeña hormiga, quizá este era nuestro evento de extinción.

Caminé hacia Annette, y Antonio y les sugerí –Será mejor que vayan a descansar, mañana por la mañana procederemos a enterrarlo-, fue entonces que recordé la llamada de Eliza, tendríamos pocas horas para rescatarla.

Una hora más tarde, escuché el sonido del rifle de Asalto, al fin todo había terminado para él.

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Día 4 Cuarentena Parte Final

Dicen que cuando estas a punto de morir, tu vida pasa en fracciones de segundo frente a tus ojos, sin embargo este no era el caso… me encontraba rodeado por 3 grupos de runners y caminantes que poco a poco se iban juntando frente a mi, gire mi cabeza y vi que la puerta efectivamente estaba cerrada, no había otra opción era pelear o morir en el intento y en ese momento la muerte no era una opción, tome el hacha con mis manos  y esperé que se acercaran.

Tres runners se abalanzaron sobre mí, los recibí con un golpe con el palo del hacha, esto pareció aturdirles momentáneamente, justo el tiempo necesario para aprovechar el peso extra que me proporcionaba el traje de emergencia y empujarlos contra los demás seres que comenzaban a atacar, esto produjo una especie de reacción tipo fichas de domino que provoco que algunos de ellos cayeran por el suelo y fueran aplastados por los pasos de otros, a pesar de ello, se levantaron gimieron y se abalanzaron nuevamente contra mi, uno de ellos me tomo por el casco y trató de morderme, sin embargo gracias a su gran resistencia, no paso de una simple mordida al casco, poco a poco se volvió mas difícil moverme, a pesar de que trataba de quitármelos de en sima con rápidos golpes con el filo del hacha parecía no importarles, gire mi rostro en el pánico y vi que desde la escalera de emergencia encapsulada había 2 chicas mirándome pero se encontraban atónitas.

Pensé –¿Este será mi fin?, en medio de la calle y sin que nadie me pueda ayudar…- continúe forcejeando con los engendros quienes trataban de arrancar la ropa reforzada contra incendios, de una patada logre quitarme uno, otro aproveche y me deje caer, para luego proyectarlo contra la cortina de acero, esta cayó y se rompió el cuello, gire de rodada y quede de pie, la ropa aun estaba intacta, aunque un poco desgastada por la pelea, trate de golpearlos nuevamente con el hacha, la cual se estaba desgastando rápidamente, los hachazos cortaban miembros cortaban cuellos y sin embargo estos se continuaban moviendo, -¿a caso son inmortales?- dije para mí mismo, uno de los runners aprovecho un momento de descuido para despojarme del arma, estaba indefenso contra una horda de por lo menos cien engendros… esta vez sería el fin, ya no me quedaba nada para defenderme, mire rápidamente hacia arriba, para mirar a las chicas y gritarles ¡ayúdenme!, pero no sucedió nada, se quedaron mirando  perplejas.

Estaba seguro, esta vez era mi fin… y sin embargo, cuando el runner levanto el hacha y estaba a punto de asestar un golpe con ella en el casco protector al fondo escuche como llegaba un autobús, pensé nuevamente – ¿y ahora qué?-, trate de empujar a los runners nuevamente con mi peso, sin embargo los jaloneos y tiros a la ropa de seguridad reforzada me lo impidieron –cerré los ojos esperando lo peor, me tenían atrapado, cuando de pronto comencé a escuchar disparos, los runners voltearon y comenzaron a correr hacia el grupo de asalto que había descendido del autobús, mis perseguidores perdieron el interés en mí y corrieron contra el grupo de asalto, los pocos que quedaban a mi alrededor fue fácil de evadir mediante golpes y patadas al rostro, una vez que cayeron aproveche este momento y corrí nuevamente hacia la calle de Manuel Carpio, pensé que sería un escape fácil, antes de dar vuelta a la izquierda sentí algo que me quemaba en la pierna derecha, trate de ignorar el dolor, aunque me resultaba casi imposible, baje mi mano hacia mi pierna para poderla apoyar mejor. Continué mi escapatoria, gire mi rostro para mirar hacia la escalera encapsulada, pero ya no se encontraba nadie allí, baje el rostro y pude observar con terror como el grupo de runners hacían presa al grupo de asalto, los gritos eran terribles, de pronto el sonido producido por los disparos se detuvo, y solo los gemidos, gritos y alaridos rompían el silencio.

Caminé toda la calle arrastrando la pierna, el sonido de la metralla y los gritos, de desesperación, doble con dificultad en la esquina y seguí tan rápido como me lo permitía la herida hasta la cerrada de Tulipán y cerré la puerta con el candado que tenía, la cadena, me aleje un poco de esta y cuando volteé a ver, ya un grupo de runners trataba de ingresar por ella, seguí desplazándome hacia la otra salida, donde podía ver mi automóvil, correr e incluso dar un paso se me dificultaba, estaba perdiendo sangre rápidamente, tome mis llaves y proseguí la dura caminata…

Al fin llegue hasta mi coche, lo abrí y abordé con mucha dificultad, retiré el pantalón protector y sólo me quede con el pantalón de mi traje, mire a mi alrededor para buscar un trapo, al no encontrarlo, me quité la corbata e hice un amarrado estilo torniquete en mi pierna, para disminuir el sangrado, tomé el celular y miré de quién había sido  la inoportuna llamada, la pantalla decía: “2 llamada perdidas a las 14:56 horas”, toqué la pantalla para más información, se trataba de una llamada de Oz y otra de Ivonne.

Cerré mis ojos un momento, me sentía exhausto, volví a abrir mis ojos y algunos runners se estaban atacando mi automóvil con sus puños, tratando de ingresar a mi automóvil, arranqué y aceleré a toda prisa, mandando a volar a un par de ellos que se habían instalado sobre el cofre del coche, tome la calle de Cedro, mientras conducía marqué el teléfono de Wolf y le pedí que me esperarán afuera.

Doble la esquina al llegar a Díaz Mirón y me detuve fuera de la casa, fuera de ella se encontraba Wolf, Oz, Antonio y Annette esperándome, aparque y apague el coche a media calle, cerré mis ojos y no supe mas de mi. Wolf y Annette me levantaron del coche y me llevaron al interior de la unidad habitacional, Oz se dedicó a estacionar bien el coche, mientras Antonio  cubría ambos flacos con una de las metralletas, que aunque aun no sabia usar impresionaría a cualquier transeúnte normal.

Entraron todos a la casa…

Cuando desperté, el reloj marcaba las 23:00 horas, me traté de incorporar y sentí un dolor impresionante en mi pierna, me dolí. Segundos después ingresó a la habitación Oz y me dijo… -Natsu te tengo dos noticias una buena y una mala… la buena es que ¡sigues vivo!- grito con gran euforia, -la mala… es que ya no podrás jugar Futbol- me quede helado, -no puede ser- grite con desesperación, la habitación se encontraba a oscuras e incluso mis ojos me dolían, lleve mi mano a mi pierna derecha y la bajé lentamente hasta donde había sentido el impacto de la metralla, donde sentí unas vendas, cerré los ojos y di un golpe sobre la cama

Por la puerta entraron Annette y Antonio con un par de velas, quienes al escuchar lo que había dicho Oz, le dieron un tremendo golpe el cual lo mandó al suelo… Annette le grito –como se te ocurre decir semejante barbaridad Oz-, Oz aturdido respondió–pero si es verdad han comenzado a fallar los servicios eléctricos, así que no podrá jugar videojuegos de FIFA o de ese estilo en su PS3. Di un gran suspiro de alivio y moví mis piernas para tratar de incorporarme, Antonio me detuvo –Has perdido sangre, así que por el momento no puedes moverte- desistí de moverme y pregunte -¿qué ocurrió?, mire a la entrada de la habitación y vi a Wolf parado allí.

Annette mojo un paño y lo colocó en mi frente, luego me explico –cuando te encontramos afuera de la unidad habitacional habías perdido el conocimiento y estabas sangrando, Wolf te trajo adentro. Entre Antonio y él te extrajeron la bala que tenías incrustada en el muslo, y te suturaron, pensamos que no despertarías en varios días- negué con la cabeza y sonreí una bala no es lo suficiente para terminar conmigo- reí y luego me dolí por la herida, Antonio me preguntó– ¿De dónde salió ese disparo?-, mire a un lado y les narre lo que había sucedido, la información que había obtenido, como había abanado a mi madre y mi experiencia cercana a la muerte.

Annette se sentó a mi lado y me abrazo, Antonio y Wolf murmuraron uno al otro, -iremos mañana a salvarla, a primera hora, por el momento descansa y recupérate-, asentí para luego recostarme, ellos continuaron hablando fuera del cuarto, una radio de baterías sonaba en el fondo, la señal de emergencia de la Ciudad de México anunciaba:

-“El día de hoy, la Presidencia de la República tras los atentados terroristas cometidos por el grupo del líder extremista Rapunzel, aun no se conocen detalles del móvil de este atentado ni exigencias del grupo… se ha reportado que los principales hospitales han quedado inutilizados gracias a los ataques, se presume que han empleado un agente biológico desconocido, el cual ha diezmado a la población del Distrito Federal, por lo que se ha instruido a los grupos de asalto y al ejercito eliminar toda clase de disturbios.

Se ha aprobado el uso de fuerza letal contra cualquier civil o agresor que se resista al arresto…

Asimismo, el presidente ha declarado alerta epidemiológica color Rojo, iniciando una Cuarentena inmediata en la capital del país, por lo que se ha cerrado el acceso y la salida de personas…»-

Me moví un poco alertado por lo que había escuchado en la radio, sin embargo, yo estaba exhausto y prácticamente me resulto imposible seguir escuchando la transmisión.

Por primera vez en muchas noches dormí toda la noche, tuve terribles pesadillas relacionadas con mi escape del Instituto y el rostro de mi madre cuando le dejé en el laboratorio, la vi siendo atacada por cientos de esas cosas, desperté aterrado y gritando con desesperación, atribuí esas terribles visiones a la fiebre y a la mala experiencia del día, moje el paño en un pequeño balde con agua fresca que se encontraba al lado de la cama, me acurruque y trate de seguir durmiendo, sin tener mucho éxito…


Día 3 Infección Parte 1

Cuando desperté el televisor estaba encendido y la consola de videojuegos también, mire a un lado de mi y vi a Miztli profundamente dormida, me incorpore sin despertarla, vi el reloj, eran las 8 de la mañana, me dolía un poco la cabeza, pensé que sería la resaca, traté de recordar lo que había sucedido la noche anterior, tratába de recordar donde habíamos bebido y hasta que hora habíamos llegado del antro, trataba de convencerme que en un momento de la borrachera había confundido todo, que después de llevar a Ivonne y a Paola a sus casas, quería creer que todo lo que había visto la noche anterior había sido un mal sueño causado por el alcohol.

Cambie la señal del televisor con el control remoto a antena aérea, sintonice el canal de las noticias, sin embargo, en ese momento estaban los comerciales, corrí a la cocina y me preparé un café con leche en mi taza favorita, le di un sorbo y volteé a mirar el televisor, había comenzado el segmento informativo, cuando escuché un reportaje que me hizo soltar la tasa:

Noticieros TESMX:

Nos encontramos en las afueras del cuadro principal del centro histórico de la ciudad de México donde la noche de ayer durante el concierto de Panteón Rococó organizado por el movimiento estudiantil #yo soy 132, se transformo en doble tragedia, primero a las 16:00 horas, un hombre salto a las vías del metro, siendo arrollado por uno de los trenes, esto ocasionó un retraso en los trenes y suspensión de actividades por más de 2 horas en lo que se realizaba el levantamiento del cuerpo.

Posteriormente a cerca de las 20:00 horas se registro un atentado bioterrorista en la plaza de la constitución, aun se desconoce el monto y no hay ningún grupo de la guerrilla o del crimen organizado que se haya atribuido el ataque, sin embargo, se ha declaro estado de emergencia en la zona, se ha levantado un cerco de seguridad en la zona.

El reportaje paso de la zona del eje central a una toma aérea, en esta se mostraba un conglomerado de personas (o no), golpeando las barreras del cerco sanitario, aparentemente querían escapar, en algunos edificios se veía gente agitando las manos para pedir auxilio, conforme el helicóptero avanzaba más y más, se podía apreciar gente corriendo por las calles, y algunos irrumpiendo violentamente en los techos y comenzar a atacar a los refugiados, luego el camarógrafo hizo un acercamiento a uno de estos ataques que se dio sobre el museo del estanquillo, se pudo observar como el atacado salto hacia el vacio, cayendo desde el techo seguido por sus agresores quienes al estar en el suelo, se arrastraron y parecían saquear el cuerpo.

Las imágenes me parecieron repulsivas. Cuando me di cuenta de que la tasa se había estrellado, corrí a limpiar el liquido que estaba en el suelo, me encontraba perturbado por lo que había observado, todo lo que había tratado de negar, estaba siendo reafirmado…, me senté en el suelo a mirar atónito, pero la trasmisión fue interrumpida abruptamente.

Una hora después, despertaron Ivonne, Paola y mi madre, preparamos el desayuno y procure no mencionar lo que había visto, tras unos minutos, Paola recibió una llamada de su familia, Ivonne agradeció la hospitalidad y dijo que tenía que retirarse, les dije que yo les daría un aventón a sus casas, puesto que seguramente los trenes no habían restablecido su servicio.

Termine de desayunar, tome las llaves de mi coche y nos dirigimos al estacionamiento, abordamos el vehículo y tomamos el camino más corto hacia Indios Verdes, aprovechando la hora, no hicimos más de 15 minutos hacia su casa, la dejamos en la puerta y proseguimos hacia casa de Ivonne, cruce tan rápido la avenida de Insurgentes, hasta llegar a la altura de Chapultepec, al cruzar cerca del centro histórico me percaté de que aun se encontraba cerrado y que estaban colocando un cerco sanitario de 3 metros de altura y algunos puestos de vigilancia, sobre avenida Chapultepec, me incorpore en ella y proseguí hasta Tlalpán y tomé eje 6, finalmente llegue cerca de las 11:00 horas, en la calle se encontraba su familia, aparentemente habían visto las noticias y estaban preocupados por ella.

Nos despedimos y regrese a casa, durante mi camino de regreso me acerque lo mas que pude y pude escuchar gritos y gemidos de ultratumba que provenían del otro lado del muro, un policía se acerco a mí y me amenazo de que avanzara o me llevaría a la cárcel por obstaculizar la ley, seguí avanzando rumbo a avenida Hidalgo, conforme avanzaba, escuchaba los rugidos y los golpes en las vallas de seguridad.

Al llegar a la altura de 16 de septiembre, mi teléfono comenzó a sonar, doble en la calle de Independencia, me orille para contestar el celular, la pantalla del celular decía: Numero desconocido, tome la llamada, los aullidos se escuchaban en su máxima expresión del otro lado de la línea, pero reconocí la voz de mi amigo Oz Fahrenheit:

-Natsuuuuuu, necesito tu ayuda, estoy atrapado en el segundo piso de la oficina de correos, estoy siendo rodeado por estas cosas-, al fondo se escuchaba como un objeto punzocortante y objetos metálicos golpeaban, se escuchaba el crujir de huesos siendo rotos por golpes, -necesito que vengas aquí y me saques-, le dije que estaba en camino que en 5 minutos estaría fuera del lugar.

Camine a la cajuela de mi coche, saque de la zona de la llanta de refacción un uniforme que había conseguido en el mercado negro, herrajes y un quepí de la Policía Federal, a primera vista parecía de verdad y serviría para acercarme a la zona de extracción, di vuelta en la calle López., por fortuna el trafico estaba siendo desviado, así que pude cambiarme de ropas con tranquilidad, después, acelere a toda velocidad, hasta una de las ventanas del Palacio de correos, marque el celular de Oz, momentos después, vi como un objeto volaba desde el segundo piso, destruyendo un fino ventanal francés, salí del auto para ver de qué se objeto se trataba cuando segundos después escuche algo desplomarse a toda velocidad sobre el capote de mi auto, gire a toda velocidad y mire que era Oz, en su mano llevaba una espada propiedad de la nación, que seguramente había obtenido al refugiarse en el palacio de Correos durante el Outbreak del día anterior.

Oz bajo del capote de mi coche bañado en sangre, le pregunte preocupado que si no había sido mordido infectado o si no se había roto algún hueso, a lo que me respondió:

-Pues allá atrás rompí muchos huesos, pero ninguno fue mío-

Lo observe con detenimiento y le respondí, -ya veo, estas en esos días difíciles del mes-

Le puse unas esposas, abrí la puerta del coche y lo metí en el coche como si se tratara de un detenido, los otros policías corrieron a donde me encontraba, me identifique con una credencial falsa, que señalaba que yo era Inspector Jefe, ante lo cual, ellos tomaron una posición de saludo, les di la instrucción de que reforzaran la ventanas con un cerco para evitar que los “terroristas” escaparan, que yo había capturado al jefe de ellos el cual trataba de escapar y que lo llevaría a la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), los suboficiales corrieron a atender mi orden y yo arranque mi automóvil para dirigirme hacia mi casa, por fortuna, Oz había escapado con vida del infierno, sería necesario planear que debíamos hacer.

Al llegar a casa, le señale a Oz donde se encontraba la ducha, este procedió y se fue a bañar, de entre mis cosas saque la ropa mas entallada y que yo no solía usar, las deje a la entrada del baño y toque la puerta, para avisarle. Mi madre me pregunto porque mi amigo estaba cubierto con sangre y porque traía un uniforme, la lleve hasta la sala comedor, para luego le explicarle rápidamente lo que había pasado y lo que nos esperaría el día de mañana en el trabajo, se encontraba atónita.

Veinte minutos después, Oz salió del baño, con una bolsa de plástico que contenía su ropa ensangrentada, la cual tire a la basura, le solicite que me explicara ¿qué había ocurrido? y ¿qué demonios eran esas cosas que lo estaban asechando?

Oz tomo un respiro y comenzó a relatarme los acontecimientos, él se encontraba tomando unas cervezas con sus amigos, cuando de pronto vio a tres personas corriendo hacia afuera del centro por la calle Madero, cuando de pronto escucho una estampida, primero pensó que se trataba de un linchamiento, hasta que estos atacaron a todos los presentes, él hábilmente corrió a la cocina y tomo tres cuchillos uno para cada quien, a pesar de que lo hizo a la mayor velocidad que pudo, cuando regreso donde estaban sus amigos estaban siendo devorados, ante esa situación, corrió esquivando todo lo que pudo, hasta llegar a la calle donde estaba el palacio de correos para intentar escapar, pero el cerco sanitario ya se encontraba levantado, así que irrumpió con ayuda de los cuchillos dentro del palacio, subió al tercer piso y se refugió por esa noche.

Me quede atento escuchando su relato, tome un poco de café y lo volví a mirar.

Oz prosiguió, dijo que apenas eran aproximadamente las ocho de la mañana cuando comenzó a sonar un rotor de helicóptero, subió al techo para hacerle señales para pedir auxilio, pero parecía que no le habían visto, después asomó por la orilla del tejado y pudo ver cómo estaban irrumpiendo los agresores en el edificio, ante tal situación bajó a toda velocidad al tercer nivel, rompió un cristal de un exhibidor y tomó una espada que se encontraba allí, luego bajo al segundo nivel y comenzó a derribar muebles y sillas para impedir que las cosas pudieran llegar a él. Esta acción había retrasado lo que parecía inevitable, a las once horas con veinticinco minutos los agresores lograron penetrar la barrera, sin embargo, había conseguido barreras secundarias y separadores de filas, con los cuales empleo como armas para destrozar cabezas y piernas.

El relato era increíble casi sacado de una novela de ficción, conforme describía su pelea, me intrigaba el origen de esas cosas. Oz describió que en un golpe de suerte encontró entre los restos de uno de sus agresores un celular con carga, y prosiguió a marcarme a sabiendas que yo era la persona que vivía más cerca y que podría sacarlo de allí.