Mi jornada por sobrevivir

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Día 4 Cuarentena Parte Final

Dicen que cuando estas a punto de morir, tu vida pasa en fracciones de segundo frente a tus ojos, sin embargo este no era el caso… me encontraba rodeado por 3 grupos de runners y caminantes que poco a poco se iban juntando frente a mi, gire mi cabeza y vi que la puerta efectivamente estaba cerrada, no había otra opción era pelear o morir en el intento y en ese momento la muerte no era una opción, tome el hacha con mis manos  y esperé que se acercaran.

Tres runners se abalanzaron sobre mí, los recibí con un golpe con el palo del hacha, esto pareció aturdirles momentáneamente, justo el tiempo necesario para aprovechar el peso extra que me proporcionaba el traje de emergencia y empujarlos contra los demás seres que comenzaban a atacar, esto produjo una especie de reacción tipo fichas de domino que provoco que algunos de ellos cayeran por el suelo y fueran aplastados por los pasos de otros, a pesar de ello, se levantaron gimieron y se abalanzaron nuevamente contra mi, uno de ellos me tomo por el casco y trató de morderme, sin embargo gracias a su gran resistencia, no paso de una simple mordida al casco, poco a poco se volvió mas difícil moverme, a pesar de que trataba de quitármelos de en sima con rápidos golpes con el filo del hacha parecía no importarles, gire mi rostro en el pánico y vi que desde la escalera de emergencia encapsulada había 2 chicas mirándome pero se encontraban atónitas.

Pensé –¿Este será mi fin?, en medio de la calle y sin que nadie me pueda ayudar…- continúe forcejeando con los engendros quienes trataban de arrancar la ropa reforzada contra incendios, de una patada logre quitarme uno, otro aproveche y me deje caer, para luego proyectarlo contra la cortina de acero, esta cayó y se rompió el cuello, gire de rodada y quede de pie, la ropa aun estaba intacta, aunque un poco desgastada por la pelea, trate de golpearlos nuevamente con el hacha, la cual se estaba desgastando rápidamente, los hachazos cortaban miembros cortaban cuellos y sin embargo estos se continuaban moviendo, -¿a caso son inmortales?- dije para mí mismo, uno de los runners aprovecho un momento de descuido para despojarme del arma, estaba indefenso contra una horda de por lo menos cien engendros… esta vez sería el fin, ya no me quedaba nada para defenderme, mire rápidamente hacia arriba, para mirar a las chicas y gritarles ¡ayúdenme!, pero no sucedió nada, se quedaron mirando  perplejas.

Estaba seguro, esta vez era mi fin… y sin embargo, cuando el runner levanto el hacha y estaba a punto de asestar un golpe con ella en el casco protector al fondo escuche como llegaba un autobús, pensé nuevamente – ¿y ahora qué?-, trate de empujar a los runners nuevamente con mi peso, sin embargo los jaloneos y tiros a la ropa de seguridad reforzada me lo impidieron –cerré los ojos esperando lo peor, me tenían atrapado, cuando de pronto comencé a escuchar disparos, los runners voltearon y comenzaron a correr hacia el grupo de asalto que había descendido del autobús, mis perseguidores perdieron el interés en mí y corrieron contra el grupo de asalto, los pocos que quedaban a mi alrededor fue fácil de evadir mediante golpes y patadas al rostro, una vez que cayeron aproveche este momento y corrí nuevamente hacia la calle de Manuel Carpio, pensé que sería un escape fácil, antes de dar vuelta a la izquierda sentí algo que me quemaba en la pierna derecha, trate de ignorar el dolor, aunque me resultaba casi imposible, baje mi mano hacia mi pierna para poderla apoyar mejor. Continué mi escapatoria, gire mi rostro para mirar hacia la escalera encapsulada, pero ya no se encontraba nadie allí, baje el rostro y pude observar con terror como el grupo de runners hacían presa al grupo de asalto, los gritos eran terribles, de pronto el sonido producido por los disparos se detuvo, y solo los gemidos, gritos y alaridos rompían el silencio.

Caminé toda la calle arrastrando la pierna, el sonido de la metralla y los gritos, de desesperación, doble con dificultad en la esquina y seguí tan rápido como me lo permitía la herida hasta la cerrada de Tulipán y cerré la puerta con el candado que tenía, la cadena, me aleje un poco de esta y cuando volteé a ver, ya un grupo de runners trataba de ingresar por ella, seguí desplazándome hacia la otra salida, donde podía ver mi automóvil, correr e incluso dar un paso se me dificultaba, estaba perdiendo sangre rápidamente, tome mis llaves y proseguí la dura caminata…

Al fin llegue hasta mi coche, lo abrí y abordé con mucha dificultad, retiré el pantalón protector y sólo me quede con el pantalón de mi traje, mire a mi alrededor para buscar un trapo, al no encontrarlo, me quité la corbata e hice un amarrado estilo torniquete en mi pierna, para disminuir el sangrado, tomé el celular y miré de quién había sido  la inoportuna llamada, la pantalla decía: “2 llamada perdidas a las 14:56 horas”, toqué la pantalla para más información, se trataba de una llamada de Oz y otra de Ivonne.

Cerré mis ojos un momento, me sentía exhausto, volví a abrir mis ojos y algunos runners se estaban atacando mi automóvil con sus puños, tratando de ingresar a mi automóvil, arranqué y aceleré a toda prisa, mandando a volar a un par de ellos que se habían instalado sobre el cofre del coche, tome la calle de Cedro, mientras conducía marqué el teléfono de Wolf y le pedí que me esperarán afuera.

Doble la esquina al llegar a Díaz Mirón y me detuve fuera de la casa, fuera de ella se encontraba Wolf, Oz, Antonio y Annette esperándome, aparque y apague el coche a media calle, cerré mis ojos y no supe mas de mi. Wolf y Annette me levantaron del coche y me llevaron al interior de la unidad habitacional, Oz se dedicó a estacionar bien el coche, mientras Antonio  cubría ambos flacos con una de las metralletas, que aunque aun no sabia usar impresionaría a cualquier transeúnte normal.

Entraron todos a la casa…

Cuando desperté, el reloj marcaba las 23:00 horas, me traté de incorporar y sentí un dolor impresionante en mi pierna, me dolí. Segundos después ingresó a la habitación Oz y me dijo… -Natsu te tengo dos noticias una buena y una mala… la buena es que ¡sigues vivo!- grito con gran euforia, -la mala… es que ya no podrás jugar Futbol- me quede helado, -no puede ser- grite con desesperación, la habitación se encontraba a oscuras e incluso mis ojos me dolían, lleve mi mano a mi pierna derecha y la bajé lentamente hasta donde había sentido el impacto de la metralla, donde sentí unas vendas, cerré los ojos y di un golpe sobre la cama

Por la puerta entraron Annette y Antonio con un par de velas, quienes al escuchar lo que había dicho Oz, le dieron un tremendo golpe el cual lo mandó al suelo… Annette le grito –como se te ocurre decir semejante barbaridad Oz-, Oz aturdido respondió–pero si es verdad han comenzado a fallar los servicios eléctricos, así que no podrá jugar videojuegos de FIFA o de ese estilo en su PS3. Di un gran suspiro de alivio y moví mis piernas para tratar de incorporarme, Antonio me detuvo –Has perdido sangre, así que por el momento no puedes moverte- desistí de moverme y pregunte -¿qué ocurrió?, mire a la entrada de la habitación y vi a Wolf parado allí.

Annette mojo un paño y lo colocó en mi frente, luego me explico –cuando te encontramos afuera de la unidad habitacional habías perdido el conocimiento y estabas sangrando, Wolf te trajo adentro. Entre Antonio y él te extrajeron la bala que tenías incrustada en el muslo, y te suturaron, pensamos que no despertarías en varios días- negué con la cabeza y sonreí una bala no es lo suficiente para terminar conmigo- reí y luego me dolí por la herida, Antonio me preguntó– ¿De dónde salió ese disparo?-, mire a un lado y les narre lo que había sucedido, la información que había obtenido, como había abanado a mi madre y mi experiencia cercana a la muerte.

Annette se sentó a mi lado y me abrazo, Antonio y Wolf murmuraron uno al otro, -iremos mañana a salvarla, a primera hora, por el momento descansa y recupérate-, asentí para luego recostarme, ellos continuaron hablando fuera del cuarto, una radio de baterías sonaba en el fondo, la señal de emergencia de la Ciudad de México anunciaba:

-“El día de hoy, la Presidencia de la República tras los atentados terroristas cometidos por el grupo del líder extremista Rapunzel, aun no se conocen detalles del móvil de este atentado ni exigencias del grupo… se ha reportado que los principales hospitales han quedado inutilizados gracias a los ataques, se presume que han empleado un agente biológico desconocido, el cual ha diezmado a la población del Distrito Federal, por lo que se ha instruido a los grupos de asalto y al ejercito eliminar toda clase de disturbios.

Se ha aprobado el uso de fuerza letal contra cualquier civil o agresor que se resista al arresto…

Asimismo, el presidente ha declarado alerta epidemiológica color Rojo, iniciando una Cuarentena inmediata en la capital del país, por lo que se ha cerrado el acceso y la salida de personas…»-

Me moví un poco alertado por lo que había escuchado en la radio, sin embargo, yo estaba exhausto y prácticamente me resulto imposible seguir escuchando la transmisión.

Por primera vez en muchas noches dormí toda la noche, tuve terribles pesadillas relacionadas con mi escape del Instituto y el rostro de mi madre cuando le dejé en el laboratorio, la vi siendo atacada por cientos de esas cosas, desperté aterrado y gritando con desesperación, atribuí esas terribles visiones a la fiebre y a la mala experiencia del día, moje el paño en un pequeño balde con agua fresca que se encontraba al lado de la cama, me acurruque y trate de seguir durmiendo, sin tener mucho éxito…